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MOLDURAS DECORATIVAS, FRISOS Y CORNISAS

Mucho tiempo antes de la Grecia de las molduras para exterior del Parthenon de Atenneas, el hombre ha buscado embellecer sus construcciones (hogares, parlamentos públicos o templos) con frisos y cornisas cuyo objetivo principal era diferenciarlos ante sus vecinos y jerarquizarlos como monumentos arquitectónicos.

Para tal fin, el hombre ha evolucionado creando en las distintas civilizaciones ornamentos decorativos volumétricos, dándole relieve a las fachadas para realzarlas aun más.

Estas molduras decorativas han ido evolucionado a formas más simples desde aquel Parthenon (“Casa de las Mujeres Vírgenes”) y albergue del monumento a la diosa Atenneas o desde el gran Coliseo Romano (estadio público de la Roma de los Césares), todas referencias históricas inigualables de excelencia arquitectónica.
Y así hasta nuestros días, donde el uso de molduras decorativas y de exterior hechas de materiales sintéticos como Tergopol o Poliestireno se ha convertido en lo popular y masivo para realzar fachadas e interiores.